La juventud como fuerza presente y como energía de reserva para el futuro, representa la fortuna viva de la patria, la garantia de todos los esfuerzos históricos. De aquí que cualquier acción de merito trasciende, sea la que nutre esa fuerza, la que oriente, la que eleve a los astros más puros del rango humano, la que le infunda ideales imperecederos de justicia, de libertad, de lealtad y de cultura, para el mejor desenvolvimiento de las virtudes cívicas. La juventud es tierra fértil, abona con el limo y el calor de sus inquietudes y de sus pasiones; aviva para que germine cualquier simiente, pero nunca para permanecer estéril, sino siempre prodiga para los gérmenes del bien o del mal. Por su calidad biológica, la juventud es promesa constructora o amenaza disolvente. Progreso o ruina.

A los conductores de jóvenes nos corresponde la tarea de valorizarlos, cultivarlos, protegerlos y emplearlos honestamente infundiendo en ellos sabios ejemplos, mas firmes precedentes que los obtenidos en cualquier teoricismo, a los instructores, clases y oficiales del Pentathlón Deportivo Militarizado Universitario. Nos compete no escatimar ocasiones ni esfuerzos que, dirigidos a esa ola vital de rebeldías, la conviertan en los manantiales nutricios de nuestras instituciones, de nuestros campos, de nuestro honor y de nuestra soberanía. En México cabe la posibilidad y brilla la exigencia de amar mejor a su pais, de incrementar su fe en el gran destino de nuestro pueblo. Mediante la participación de la juventud en la forjacion de las grandes obras de hoy y de mañana. Avivando su fe por el valor de las realidades que disfrute. Por que la fuerza evolutiva de México esta en su corazón, en sus músculos y en su pensamiento. Autor: Jorge Jiménez Cantu.